Pese a las palabras de Sebastián, nuestro Vicepresidente del Gobierno siempre ha sufrido de problemas de salud que parece le han llevado a su punto más crítico durante el día de ayer, cuando fue ingresado en el hospital Gregorio Marañón por sufrir una infección de orina, que, según los médicos, pudo haberse originado a partir de una biopsia de próstata, realizada para descartar un posible cáncer.
La noticia ha causado gran revuelo, y ya se han producido las primeras consecuencias: El pasado domingo no pudo participar en un acto del PSOE en Elche, a la vez que se han cancelado dos comparecencias programadas en el Congreso de los Diputados. Durante estos días, todas las atenciones que giran alrededor del mundo de la política van a estar puestas en el Vicepresidente. Sobre todo, las del PSOE, que deben estar asistiendo con horror a lo que supondría la verdadera debacle del partido socialista. Según el CIS, Rubalcaba es el político mejor valorado en la actualidad, y para el PSOE, la única esperanza de obtener un resultado digno en las generales del año que viene, ya que si se confirmase que va a ser Rubalcaba el sucesor del actual Presidente del Gobierno, se estima una subida de en torno a 20 puntos del voto socialista.
Por lo tanto, el panorama no es bueno. La ajetreada vida del Vicepresidente Primero, que además es ministro del Interior y portavoz del Gobierno no puede ser beneficiosa para su salud, que ya se ha visto resentida otras veces. Además, es bastante probable que los médicos aconsejen reposo y tranquilidad, además de una recuperación lenta, por lo que es poco probable que Rubalcaba pueda asumir todas sus funciones de forma plena en un futuro inmediato.
Puede que Bono o Chacón vean la ocasión como una oportunidad, pero seguro que en la calle Ferraz más de uno está cruzando los dedos y encendiendo una vela a los santos para que Rubalcaba se recupere.
Práxedes Millán Erenas
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