En España un 2% de la población vive con anorexia, este porcentaje aumenta en los adolescentes, siendo la tercera enfermedad más frecuente en este rango de edad. La mayoría de las personas afectadas son mures jóvenes que se encuentran entre los 12 y los 25 años de edad.
La sociedad del siglo XXI vive inmersa en “la cultura de la delgadez”, donde rostros popularmente conocidos y admirados que padecen esta enfermedad son idealizados como íconos de la moda y la elegancia. La anorexia se ha adueñado de los países industrializados, afectando a aquellas personas con mejor nivel socio-económico, quienes ven día a día como la delgadez es mostrada como un símbolo de éxito social y profesional.
Llevamos una vida llena de trabajo y compromisos que han afectado a la dieta de los adultos y los niños. La antigua costumbre de sentarse la familia a comer en la mesa ha pasado de moda, facilitando que muchos adolescentes comiencen con descontroles alimenticios logrando escapándose de la vigilancia familiar.
Esta enfermedad no solo transforma físicamente al enfermo, también cambia su personalidad, convirtiéndose en personas obsesionadas con el peso y la dieta. La persona anoréxica comienza a evitar situación sociales donde sabe que va a estar involucrada la comida, esto puede hacer que se aísle socialmente, llevándolas muchas veces a la depresión y la ansiedad.
Es importante informar a los jóvenes del peligro que representa esta enfermedad y de las consecuencias que puede traer para su cuerpo, no solo a nivel externo, como llegar a estar extremadamente delgado, si no también lo que sucede dentro del cuerpo, como problemas cardiacos, amenorrea y pérdida de masa muscular y densidad ósea.
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