martes, 1 de marzo de 2011

Apagón energético


(Consumo de energía por países en el año 2007. Fuente: Many Eyes)

Las revueltas en Libia no solo han servido para que diversos dirigentes políticos se quitasen parcialmente la máscara y condenasen a un dictador con el que no hace mucho se codeaban, sino para reestructurar todo el negocio de exportación de petróleo que se maneja en el país y comprobar cuanto depende occidente de las reservas naturales de países intervenidos que no pueden explotar sus propias riquezas.

Tras el anuncio el día 22 de febrero de que Repsol dejaba de operar en Libia, el gobierno no tardó en proclamar las primeras medidas para ahorrar petróleo, como fue la famosa reducción de velocidad a 110 km/h de máxima en autovías y autopistas. A partir de entonces, se anunció la llegada de un nuevo paquete de medidas destinadas al ahorro preventivo de energía.

Así, el gobierno español parece haberse concienciado de golpe y porrazo en lo necesario que es el ahorro en todos sus ámbitos, sugiriendo (que no imponiendo, cuidado) ciertos hábitos saludables como pueden ser el uso del transporte público o la ocupación completa de todas las plazas del automóvil. Sugerencias que, me apuesto la cabeza, no valdrán un pepino.

Práxedes Millán Erenas

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