El Vicepresidente de Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido ingresado este lunes en la unidad de cuidados intensivos del hospital madrileño Gregorio Marañón debido a una infección urinaria y un proceso febril. Esta infección pudo haber sido provocada por la biopsia que se le había practicado la semana pasada para descartar un tumor cancerígeno.
Los médicos se muestran optimistas y afirman que ha sido trasladado a la UCI “para su mejor control”, a su vez, ya ha sido descartada la posibilidad del cáncer de próstata. El último parte difundido por el Ejecutivo, de ayer por la tarde, asegura que la salud del ministro no reviste gravedad, a pesar de esto, es innegable que la enfermedad de Rubalcaba debilita a todo el gobierno, de un día para otro España se ha encontrado sin Vicepresidente, sin Ministro de Interior, sin Portavoz del Gobierno y sin posible sucesor para Zapatero. Rubalcaba se ha convertido en una pieza clave del Partido Socialista, en quien recaen todas las críticas en momentos de crisis como el que está viviendo actualmente el PSOE.
Es interesante observar la conducta de los políticos ante las enfermedades de sus contrincantes, hace unas semanas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, comunicó que iba a ser ingresada para que se le extirpara un bulto cancerígeno en el seno, todo el panorama político español se solidarizó con su situación y las muestras de apoyo no solo le venían del Partido Popular, si no también de sus opositores. El caso de Rubalcaba ha sido bastante diferente, sus adversarios políticos y mediáticos han dejado caer que el Vicepresidente se ha querido escudar en una baja medica para no dar la cara con el tema de “el caso faisán”, otros, como la Gazeta, afirman que tiene una septicemia, dando a entender que tanto los médicos como el gobierno están ocultando el estado de salud real del Ministro del Interior.
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