Si observamos al detalle, y de manera crítica, la información que nos ofrecen diariamente los medios de comunicación convencionales (con convencionales se hace referencia a aquellos medios con mayor audiencia y mayor peso en el panorama informativo mundial y nacional), podemos ver que, en su mayoría, solo se muestra una parte del mundo o de la sociedad, solo reflejan la realidad, o la realidad a medias, de occidente, y muy poco del resto del globo.
Para poder encontrar una amplia información sobre países que no son parte del mundo occidental, tenemos que buscarlo, a diferencia de las informaciones sobre occidente, que nos inundan y nos sobre saturan. Tenemos hasta detalles más pequeños como la raza del perro del presidente de Estados Unidos, mientras se pasa por alto tantas guerras civiles que azotan el continente africano.
Ya Berardi nos decía que los procesos de producción de la información están basados en una ideología que el denomina “ideología de la felicidad”. Donde la mayoría de la población mundial, que se encuentra al margen de todo el sistema informativo que nos rodea, son mostrados (en caso de que lleguen a ser mostrados) como una manifestación de empobrecimiento material, o como un problema puntual de algunas zonas, olvidando que dentro de los países industrializados también hay miles de personas que viven al margen de toda esa modernidad.
Desde los años 20 del siglo pasado se ha estado teorizando sobre la influencia que tienen los medios de comunicación en la población en general, y también en las personas individualmente.
En las primeras décadas del siglo pasado se expuso una de las teorías de los efectos de los medios de comunicación sobre las personas, esta es la de la aguja hipodérmica. Nos expone que el individuo recibe la información como si se la “inyectaran”, y el no es capaza de diferenciar si es cierta o no. Esta teoría ve al individuo como un sujeto pasivo e inocente ante en gran poder de los medios de comunicación.
Más tarde, alrededor de los años 70, aparecieron dos tesis nuevas, el establecimiento de la agenda, y la espiral del silencio. Algunos creen que los medios de comunicación están lejos de ser plurales y heterogéneos como algunos pensamos, o como nos gustaría que fueran, por le contrario, lo que se puede observa en la mayoría de ellos, es que todos convergen en una misma idea, o en una misma noticia.
La teoría de la agenda se entrelaza con esta idea, puesto que lo que vemos día a día en los medios es el reflejo de agendas establecidas, que construyen la realidad que vemos en los medios, la realidad que construyen para el espectador. En títulos como La invención de la actualidad de Benito, La producción de la noticia de Tuchman o Lafabricación de la noticia de Fishman, ya decían que el sistema periodístico crea una Realidad artificial.
Las noticias que nos llegan de países no occidentales, mayoritariamente son negativas, de guerras, explosiones, atentado terroristas, desordenes públicos, y se nos vende la idea de que eso es lo único que existe en esas latitudes.
El etnocentrismo occidental es el que mueve todo el sistema de comunicación en el mundo, todo aquello que no es igual que occidente, es visto con recelo, y hasta con miedo y desconfianza. Creemos que vivimos en un mundo globalizado, cuando la verdad es que vivimos una “occidentalización” del mundo entero.
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