sábado, 26 de febrero de 2011

Julio Fernández Rodríguez, una vida dedicada al periodismo y la creación documental
























Actualmente los jóvenes estudiantes de periodismo o los que apenas han terminado la carrera tienen como principal preocupación su futuro laboral. Esta problemática fue la que me llevó a entrevistar a Julio Fernández Rodríguez. Lo que más me sorprendió fue descubrir que con solo 21 años realizó su primer documental, sobre la revolución de los Claveles en Portugal. Estaba estudiando cine en la Escuela de Cine de Barcelona, y decidió hacer de trabajo de fin de curso este documental, tomó las cámaras de la escuela, entonces eran cámaras de cine de 3mm y una bolsa llena de latas de películas y se fue a Portugal.

Al preguntarle como lo consiguió me contestó; “Vas buscando, yo siempre he considerado al periodismo como una forma de hacer aquello que quieres hacer y de intentar encontrar respuestas a las cosas que te preocupan o que no conoces o que quieres conocer, y bueno, etapa por etapa vas buscando meterte allí donde tienes curiosidad de saber que pasa, como son las cosas, en el fondo yo creo que el periodismo es un ejercicio constante de investigación, no solo sobre la política, o sobre la guerra, o sobre la cultura, si no sobre la condición humana, sobre lo que el ser humano es capaz de hacer, y en cada una de sus variantes, para lo bueno y para lo malo, y entonces en cada momento de la vida vas escogiendo, y ya sabes lo del dicho aquel - ten cuidado con lo que seas porque igual lo consigues - ”.

Actualmente, por más ganas que tenga un joven de irse a Libia a documentar la revolución que mantiene en vilo al mundo, es prácticamente imposible hacerlo sin el apoyo de algún medio de comunicación. Como comentó Fernández durante la entrevista, “no corren buenos tiempos para la profesión periodística”.

Mientras estamos estudiando tenemos ciertas ideas preconcebidas sobre la labor del periodista, y puede que hasta cierto punto, algunos la tengamos un poco idealizada.

Está claro que Julio Fernández también tenía una cierta idea de lo que podía ser el periodismo o en su caso, la creación documental, y al viajar y encontrarse en el lugar de los acontecimientos le tocó enfrentarse a la realidad, que era totalmente distinta a lo que esperaba. Para empezar, se dio cuenta de que la creación documental era una labor un tanto injusta, veía que sus colegas de los medios impresos, que habían estado en los mismos lugares que él, presenciando las mismas cosas, al día siguiente podía ver su trabajo publicado en cualquier medio de comunicación, mientras él tenía que pasar las películas por la frontera, evitando ser pillado por la Guardia Civil, y al llegar aquí tocaba todo el proceso de montaje de la película, todo esto en aquellos tiempos era un trabajo de meses. Así que se dio cuenta de que era mucho mejor escribir que rodar.

Como corresponsal internacional y creador de documentales ha estado en una gran cantidad de países, entre ellos Grecia, Líbano, Nicaragua, El Salvador, antigua Yugoslavia, la Alemania del muro, Chile cuando calló Pinochet. Al estar en lugares conflictivos es normal preguntarse si alguna vez ha estado en peligro, o si en algún momento en algún lugar alguien ha intentado boicotear su labor periodística. Me comentó que nunca ha sentido que su vida ha corrido peligro, y jamás ha sido víctima de la censura en algún país.

El lugar más peligroso en el que ha estado fue en el Beirut de los años 88 – 89. Principalmente porque era una lucha descontrolada, “Los tiros, los bombardeos, los disparos de los tanques, todo eso no avisaba, podían ser desde cualquier sitio y en cualquier dirección, si tenias la mala suerte de estar en ella lo pasabas mal, pero bueno, situaciones de peligro nunca”.

Comentó una anécdota, que para el explica bastante bien lo que es una situación de guerra; “Una vez estaba por la parte oriental y había un destacamento de soldados Sirios en una trinchera, estaban tumbados de espalda, apoyando la espalda contra los sacos terreros y a través del intérprete que llevaba les pregunté “cómo está la cosa, tranquila no?”, dicen “si tranquila, hoy no vais a poder hacer fotos”, eso es otra cosa ya, los combatientes tiene muy claro de a que van los periodistas y para que esta allí, y me dice “mira te vamos a dar un poco de animación”, y entonces, el que estaba tumbado con la espalda en los sacos terreros, saca el kalashnikov por encima de los sacos y dispara, entonces responden desde el otro lado, y los de su lado empiezan a lanzar morteros, y del otro lado bajan los tanques, y un loco que está en una trinchera para impresionar a un periodista hace así, y se monta un soponcio que se rompe media ciudad. Eso son las guerras”.

La miseria que presenció en los lugares en guerra hizo que desmitificara micho más su labor. Nos comentó que todo ese idealismo que existía antes entorno a la profesión periodística ha desaparecido, ahora es una empresa más, que lo único que le interesa es rentabilizar la noticia, más que llevar a cabo la labor social para la que se preparan mucho periodistas.

Afirma que actualmente en las redacciones no se preparan a los jóvenes periodistas para salir a la calle a cubrir noticias, lo que les importa es tener a alguien que sea capaz de hacer muchos teletipos al día y no una persona que sea capaz de profundizar en la situación actual en Irak.

Cada vez hay más freelance que gente en platilla, la gente tiene que hacer cosas extraordinarias para terne un empleo fijo, y muchas veces se embarcan en aventuras como la de ir a cubrir una guerra sin saber bien lo que les espera y sin estar realmente preparado para eso. Recordó el caso de dos periodistas españoles que fueron asesinados mientras hacían su trabajo; “El caso de Couso, no estaba en plantilla. Y este otro, Julio Anguita, que mataron en Irak, amigo mío, pues también, un chaval que había estado la mayor parte de su carrera profesional en Nueva York, cubriendo obras de teatro y cosas así, y de pronto la forma de entrar fijo en el mundo era hacer una “machada” y se fue a Irak, y no llegó ni siquiera al frente, lo mataron antes de llegar a Bagdad”.

Julio Fernández ha tenido una vida periodística bastante variada, desde corresponsal en guerras hasta festivales de cine. Aunque su etapa favorita fue la de los tiempos de fundación del periódico de Catalunya, Franco acababa de morir, y apenas estaban estrenando la libertad, esta etapa dejó una gran huella en su persona porque le permitió crear algo nuevo. Todos los demás periódicos estaban desprestigiados por la dinámica informativa que se llevaba en los tiempos de la dictadura, y ellos con este periódico querían exaltar los principios de libertad que corrían en esos nuevos tiempos.

Después de haber estado varios años en Nueva York fundando el canal económico de Televisa, se dio cuenta de que al regresar las cosas habían cambiado. Ahora el periodista ha dejado de escribir lo que piensa, y ha pasado a repetir “las consignas” que viene desde las esferas del medio de comunicación. Por esto se dio cuenta de que ya no podía ejercer como periodista en este país y decidió crear su propia empresa de documentales.

Realizó diversos documentales en Irak, Marruecos, Cuba, entre otros. Se dedicaba a vendérselos a dos empresas de televisión satelital que competían entre si, hasta que estas se fusionaron y dejaron de competir, y a su vez dejaron de comprar los documentales, así que la empresa cayó un poco, sigue existiendo, y el ultimo documental fue “Raning Bombs”, y trata la problemática de la guerra de Irak.

Ahora aparte de dar clase en la Universidad Rey Juan Carlos lleva la comunicación de una empresa.

A pesar de lo negativo que puede parecer la situación actual del periodismo, terminamos la entrevista con una frase optimista; “Esta es una profesión que llegada a un punto, tienes que quitarte de la primera línea, y dejar que vosotros, gente con ilusiones, comiencen a hacer cosas nuevas y distintas, y nosotros miraremos desde la retaguardia, aplaudiremos y daremos ánimos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario